La empresa y su entorno

Un entorno donde el cambio es lo único que prevalece, ha sido el reto de la dirección empresarial desde mediados de los 70’s. Es en ese momento cuando las tecnologías de la información se hicieron presentes en la mayoría de las áreas de negocio. Desde entonces, y con el aumento exponencial en la capacidad de procesamiento en un mundo globalizado, el cambio cobra, casi cada día, mayor amplitud y frecuencia.

Es allí donde las fórmulas del pasado y paradigmas de negocio se enfrentan a una prueba de fuego: ahora hay que reparar en variables que antes no eran consideradas. Fenómenos macroeconómicos derivados de una globalización que ya no responde a los patrones de comportamiento esperados; normativas internacionales de calidad, ambientales, tributarias y  gubernamentales; accionistas activistas; competencia inesperada en lo que antes eran océanos azules; la cada vez más difícil captación, desarrollo y retención de talento en medio de una diversidad de estilos de pensamientos generacionales en nuestros centros de trabajo. Y, en medio de todo esto, nos enfrentamos a la responsabilidad de mantener los volúmenes de producción, de ofrecer productos y servicios de calidad, cumplir con las expectativas de los accionistas, optimizar costos, dar cumplimiento cabal, incluso a nuestro programa de proyectos de beneficio comunitario.

Lo anterior es independiente del número de trabajadores de nuestras empresas; de si recién están iniciando o tienen una larga trayectoria en el mercado. Los entornos actuales nos exigen contar y evolucionar constantemente en:

  • El talento adecuado.
  • La estructura organizacional adecuada.
  • Los procesos óptimos.
  • Las mejores herramientas de gestión y ejecución.

Las grandes interrogantes surgen: ¿cómo medir nuestro progreso?, ¿cómo evaluar si realmente lo estamos haciendo bien?, ¿estamos siendo fieles a nuestra misión y visión a través de nuestro operar diario?, o ¿nos hemos convertido en esclavos de las circunstancias y el dominio del mercado?

Las historias de éxito son las que, por lo regular, alcanzan visibilidad. Esta circunstancia puede provocar la idea de que el crecimiento es siempre orgánico y que el camino hacia el triunfo es una pavimentada línea recta. Si ya tenemos un tiempo como responsables de una empresa, sabemos que, es más que probable, que la búsqueda de nuestros sueños y objetivos esté llena de escollos. Y, como el riesgo no es poco, porque lo que está en juego es nuestro patrimonio, es esencial contar con la información necesaria y las herramientas adecuadas para tomar las mejores decisiones.

Algo que observamos en los primeros encuentros con los que ahora son nuestros clientes es que han hecho muchos esfuerzos previos: han adquirido las mejores -y, muchas veces, las más costosas- herramientas de software para gestionar sus operaciones; han recurrido a la implementación de sistemas de gestión y de calidad; y promovido los mejores cursos en busca del desarrollo organizacional. Todas estas medidas son muy válidas; sin embargo, es preciso englobarlas en algo más que esfuerzos departamentales o un “roadmap” de desarrollo empresarial.

Como colectivo y como individuos, necesitamos tener siempre en mente nuestro fin común, la finalidad que se convierte en el combustible que alimente el alma de la empresa, que mantiene viva la motivación, que marca el rumbo de las acciones de cada día, que trasciende el ambiente laboral, y nos acompaña a casa al término nuestra jornada; estamos hablando de nuestra misión y de nuestra visión. Dos palabras que, en algunos casos, han quedado reducidas a elementos decorativos en la pared de la sala de juntas.

Admiro la claridad de ciertos directivos jóvenes y no tan, que pueden esbozar su misión y visión y, a partir de allí, de manera natural, establecer un plan de ejecución altamente efectivo. La mayoría de los mortales, sin embargo, pasamos por ciertas dificultades y precisamos, por principio de cuentas, evaluar si nuestra misión y visión han sido redactadas con PODER; y, de ser necesario, replantearlas para, ahora sí, caminar hacia un cumplimiento sistemático. Un cumplimiento que:

  • No dependa de las personas; fenómeno más común de lo que nos gustaría reconocer, sobre todo en una cultura latina.
  • Soporte el crecimiento; la distribución geográfica de las unidades de negocio, el cambio en las especificaciones o la inclusión de nuevos productos y servicios.

Es aquí donde debemos dirigir nuestros ojos hacia los expertos que nos puedan ayudar a evaluar y definir nuestra “razón de ser” en un mensaje claro, y a implementarla;  a establecer una mejor estructura; a identificar las conexiones en nuestros procesos con una visión holística de la organización y de las entidades externas; a establecer un efectivo intercambio de información entre todas las partes. Solo así contaremos con los argumentos necesarios para determinar objetivos estratégicos y dotarlos de un peso; diseñar los indicadores adecuados para evaluar el progreso; y, finalmente, evaluar las tecnologías que nos permitan acelerar o automatizar estos procesos.

Balanced Scorecard

Hoy, más que nunca, es necesario que se definan los objetivos de manera clara, que se transmitan de manera correcta y que satisfagan la creciente demanda de transparencia por parte de nuestros colaboradores. Si lo logramos, daremos sentido a la participación de nuestro personal en la creación de valor. Recibirán el mensaje de que su papel en el éxito de la empresa es fundamental “a través de…”; les estaremos invitando a adoptar un compromiso personal, y a comprender la codependencia de cada una de sus acciones como parte  del “súper sistema”. Una participación a este nivel, inevitablemente, redundará en objetivos alcanzados y en nuevas propuestas para lograr mejores resultados.

Estas y otras ventajas son las que hemos concebido y logrado en Abacus a través del diseño e implementación de un correcto sistema de gestión y de la metodología Balanced Scorecard en la plataforma que hemos desarrollado. Desde hace diez años, en Abacus hemos tenido la oportunidad y el privilegio de ayudar al crecimiento de personas y organizaciones a través del diseño de soluciones que van más allá de un software de calidad, ya que incluyen la capacitación efectiva, el acompañamiento desde su concepción hasta la puesta en marcha, y el soporte técnico y funcional a nuestros clientes o, como preferimos llamarles, socios de negocio. De esta manera, nos aseguramos de que el proceso sea efectivo.

Una de las áreas donde hemos conseguido excelentes resultados, es a través de la implementación de la metodología BSC; a diferencia de una gran cantidad de ofertas que encontramos en el mercado, no nos enfocamos solo en “perseguir un número” establecido desde la dirección o junta de consejo, o en decirle a los colaboradores: “esta es la cuota que debes de cumplir”. Apuntamos a concebir el origen de cada indicador; a entender los procesos; y a establecer las conexiones de información necesarios para que nuestro tablero de mando sea relevante para la organización. Si el objetivo es retador pero alcanzable, si sabemos que habrá un retorno de valor para todos los involucrados, y si estamos seguros de que contamos con las capacidades y competencias adecuadas para lograrlo, entonces estaremos dispuestos a recorrer el camino para alcanzarlo y convertirlo en algo sistemático.

Si a lo anterior agregamos una herramienta de software que combina usabilidad con flexibilidad de adaptación a cualquier organización, un desempeño en la ejecución de cálculo de miles de fórmulas por segundo y que es capaz de tomar información de fuentes de datos, con una implementación que nos arroje resultados en el corto plazo, no solo estaremos dando un salto en la optimización y mejores prácticas de gestión de nuestro negocio, también habremos comenzado la pavimentación del camino que nos conducirá al crecimiento y la automatización.

Abacus BSC es una herramienta que hemos desarrollado desde sus cimientos, tomando la experiencia del camino recorrido durante diez años en la colaboración con empresas de manufactura, comercio y servicios, tanto nacionales como internacionales, para quienes hemos desarrollado soluciones similares, diseñado indicadores, y analizado y modelado sistemas de gestión.

Los números son interesantes:

  • Más de 12,500 usuarios activos diariamente en las plataformas de software desarrolladas en 4 países,
  • Más de 250 procesos modelados y optimizados, interactuando con toda la cadena de valor, desde líneas de producción hasta la alta dirección,
  • Reducción de tiempos de ejecución en procesos administrativos de hasta un 70%,
  • Hasta un 20% de incremento en la producción de procesos operativos.

Abacus BSC se trata de contar con la información adecuada para tomar decisiones basadas en algo más que nuestros criterios personales y corazonadas, que nos permitan alcanzar nuestros objetivos y, si es necesario, retomar el rumbo de a través de acciones correctivas y preventivas; o, incluso, la definición temprana de nuevas métricas u objetivos.

Creación tangible de valor

El resultado de la poderosa combinación de los ingredientes que hablamos al inicio de este artículo, es decir, un adecuado sistema de gestión en base a procesos, el talento requerido, las herramientas tecnológicas correctas como el Abacus Balanced Scorecard, aunados a un liderazgo efectivo y una cultura empresarial creativa, nos permitirán enfocarnos como directivos en medir, evaluar y decidir sobre aquello que realmente importa: la generación de valor, el crecimiento, el liderazgo en nuestro sector y nuestra trascendencia colectiva e individual.

Si quieres conocer más sobre este tema, participa en nuestro webinar «Balanced Scorecard para gestionar la estrategia e impulsar el desempeño», el miércoles 18 de diciembre del 2019.

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