Oxígeno para la reactivación económica en cuatro pasos

Incertidumbre, escenario global

En términos de economía global, al inicio de la pandemia por COVID-19, vivimos de forma muy tangible el efecto denominado “Fly to Quality”, que significa que los inversionistas tratan de cuidar su dinero y lo invierten en activos refugio, aquellos rubros que son los menos susceptibles al fallo, estos van desde bonos del tesoro de las grandes naciones hasta metales preciosos.

Desde este punto de vista, podemos decir que la moneda más fuerte a nivel global es la certidumbre, ya que, tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo, es la certidumbre lo que permite a los mercados mantener un activo en circulación y generar valor, como el oxígeno que mantiene a nuestras empresas en un buen estado de salud y que cuando escasea, el sistema completo colapsa.

Entonces, ¿qué debemos hacer como empresarios cuando la palabra que más escuchamos en el entorno es “incertidumbre”? ¿Cómo NO convertirnos en parte de la estadística creciente que a la fecha en México contempla más de 150 mil empresas que dejaron de existir por la pandemia?. 

Sin duda el mundo se ha transformado y no volverá a ser como antes, pero se encuentra aún tratando de descifrar cómo sobrevivir, al igual que los inversionistas están en la búsqueda de oportunidades para reactivar el flujo de activos.

Creando certidumbre

A continuación, menciono los cuatro pasos para generar certidumbre en nuestros clientes en medio de esta economía cambiante, que, basados en el ciclo de Deming, bien ejecutados, representan una gran fórmula para:

  1. Generar confianza en el inversionista (tus clientes).
  2. Preparar tu camino a la reactivación.
  3. Encontrar la rentabilidad en el proceso.

Roadmap para la reactivación estratégica del negocio:

Comprender el “statu quo”

Aunque el común denominador de la época ha sido llevar el negocio al comercio digital, debemos considerar que la digitalización de nuestras empresas va mucho más allá de eso, debemos hacer una profunda evaluación de nuestra madurez tecnológica, saber con qué herramientas contamos en cada paso de la cadena de valor de nuestros productos y servicios, qué información nos es útil para tomar decisiones en cada nivel (operativo, táctico o estratégico), identificar la información que no se encuentra en algún sistema digital y en conjunto, realizar un analisis FODA adecuado para detectar los unicornios internos en nuestro negocio, es decir, aquellos productos y servicios que nos llevarán no solo a posicionarnos, sino a alcanzar el grado de rentabilidad mínimo deseable durante esta temporada.  En este punto, estaremos listos para ejecutar un ciclo inicial de planeación estratégica adecuado.

Definir nuestro futuro

En este punto contamos con las bases para ejecutar en un tiempo adecuado la formalización de los procesos identificados, establecer los indicadores operativos relevantes y los KPI’s o indicadores de desempeño, que a nivel estratégico serán la brújula para saber si nuestro plan está dando resultados o requiere alguna modificación.  Es en esta etapa donde debemos echar mano de todas las ventajas del liderazgo en nuestros colaboradores y de una muy puntual disciplina operativa para comunicarlo de manera efectiva a toda la organización.

Identificar y planear los recursos tecnológicos actuales y nuevos será crucial en esta etapa, sabemos que las decisiones en cuanto a inversiones son en este momento medulares y deben garantizar un retorno de la inversión a corto plazo, por lo que debemos buscar proveedores de soluciones con bases sólidas y que generen certidumbre y agreguen valor de manera tangible e inmediata a nuestros procesos.

Como se trata de optimizar tiempos y esfuerzos, reducir costos e incrementar nuestra eficiencia, el siguiente paso será desarrollar un plan de implementación táctico-operativo apoyado en las herramientas tecnológicas que nos permitan llevar al máximo desempeño nuestra organización.

Asegurar los resultados

Esta es una tarea que deberá ser diseñada y apoyada por las más eficientes y de ser posible, automatizadas herramientas, ya que recolectar la mediciones y los indicadores de una manera inconsistente y fuera de tiempo puede poner en riesgo el esfuerzo de toda una organización; este será el eje para dar seguimiento y control al plan estratégico, re-encausar las desviaciones del plan y comunicar oportuna y sistemáticamente a los interesados los resultados y planes de acción.

Aprender, estandarizar y automatizar

Como todo plan es perfectible, es en esta etapa, donde aprovechamos los datos obtenidos para hacer los ajustes necesarios y comenzar nuevamente el ciclo, encontraremos nuevos procesos a ejecutar y refinaremos los actuales, sin perder de vista que una vez más, la estandarización y documentación de estos garantiza la consistencia en los resultados.

Repita el tratamiento hasta que los síntomas desaparezcan y su empresa desarrolle un crecimiento sustentable.

Pareciera una tarea exhaustiva o complicada, sin embargo, en Abacus hemos constatado la efectividad del método con cada uno de nuestros clientes, que han depositado la confianza en nuestros especialistas y las herramientas que hemos desarrollado para impulsar los resultados, necesarias aún más en épocas como las que actualmente vivimos.  Después de todo, la definición más adecuada de “crisis” es aquella que estipula que “una crisis es la temporada en que lo antiguo no ha terminado de morir y lo nuevo aún no ha terminado de nacer”. De nosotros depende asumir los retos y reinventarnos una y otra vez y desafiar el “statu quo” personal y organizacional para construir un nuevo futuro.

Podríamos clarificar todas las ideas al preguntarnos: “¿Qué decisiones tienes que tomar hoy que tu futuro te va a agradecer?”

1 comentario de “Oxígeno para la reactivación económica en cuatro pasos”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *